¿Qué hacemos con el comercio en el sur?

 


El sur de punilla representa, por sus potencialidades y la capacidad de sus vecinos y vecinas, una oportunidad de desarrollo certero frente a la posibilidad real de ubicarse en el mediano plazo como el lugar elegido por miles de turistas y profesionales que busquen un lugar de descanso y desarrollo de nichos turísticos de distinta naturaleza.

El desafío siempre es y fue, romper la estacionalidad.

Muchas de las políticas adoptadas, tuvieron la intención, de romper la estacionalidad turística, es decir, generar las condiciones para que haya visitantes durante todo el año. Pero para esto, es preciso generar las condiciones de infraestructura suficiente para garantizar determinados servicios indispensables que pueda dar el marco de contención frente a, por ejemplo, las inclemencias del tiempo.

Un recurso decisivo de nuestra región siempre fue el comercio y servicios, que pueden ofrecer nuestras localidades para avizorar un futuro que sepa abordar las distintas posibilidades que se presenten, es decir, una adecuada atención y contención del potencial cliente, un servicio de calidad, incluso en contraposición a la cantidad, pero fundamentalmente tener en claro y bien diagramado el tipo de producto que se pretende ofrecer.

Para esto, por supuesto, requiere de una coordinación y un trabajo comunitario entre los distintos actores involucrados, comercios, hospedajes, oferentes de distintos servicios, etc. Una tarea que parecería estar librada al azar por carecer de un área especializada que no sólo persiga el interés de percibir los correspondientes impuestos de habilitación, sino también, de ofrecer un servicio de asistencia y acompañamiento a los comerciantes y actores económicos de la localidad.

Lo cierto es que no existen estrategias prospectivas a mediano y largo plazo, incluso no ha habido implementación de reglas claras para la realización de cada rama comercial que no se superpongan o tengan la intencionalidad de terminar ofreciendo los mismos productos/servicios sin un sentido de utilidad.

Por ejemplo, ¿de qué sirve promover un curso de manipulación de alimentos, si no hay datos cualitativos ni cuantitativos sobre la cantidad de oferentes que no se superpongan en un área y que terminen anulándose mutuamente? Perseguir el único interés de cobrar impuestos, significa erigir a un estado parasitario e inútil frente a las cientos de necesidades que presenta desarrollar un comercio o actividad profesional. ¿Sirve tener un área que se encargue solamente de perseguir al comerciante u oferente o sirve garantizar su reglamentación pero aparte como contraprestación un acompañamiento irrestricto a sus necesidades de asesoramiento? De esta manera, queda en claro que el beneficio a mantener su actividad registrada no es solamente una obligación legal, sino una real posibilidad de crecimiento para quien se anime a iniciar una actividad.

Es preciso demostrar que el estado municipal o comunal posee las herramientas suficientes que otorguen un modelo de gobierno eficiente frente a las necesidades de su población.


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